Blefaroplastia

Es un procedimiento quirúrgico diseñado para mejorar la apariencia y función de los párpados, tanto superiores como inferiores. Su objetivo es corregir los cambios provocados por la edad, la laxitud de los tejidos o la propia constitución física, brindando una apariencia más armónica y rejuvenecida.

Dependiendo del caso, la intervención puede incluir:

• Eliminación o redistribución de grasa para mejorar la apariencia de bolsas o zonas hundidas.
• Corrección de la ptosis, en caso de que haya caído el borde del párpado superior y disminuya el campo visual.
• Reposicionamiento del párpado inferior laxo mediante técnicas como la cantopexia o cantoplastia lateral.
• Elevación de cejas para mejorar la expresión facial y el campo visual.
• Rejuvenecimiento de la piel palpebral, usando tecnologías avanzadas como el láser de CO₂ fraccionado para mejorar la textura y reducir arrugas finas.

Consideraciones prequirúrgicas

Dado que se trata de una cirugía electiva, es fundamental una evaluación preoperatoria minuciosa para definir la mejor técnica en cada paciente.

• Se realiza con anestesia local y sedación bajo monitorización por un anestesista.
• La recuperación suele ser rápida, con mínimo dolor, inflamación moderada y posibles hematomas (moretones).
• Los puntos se retiran entre 7 y 10 días.
• La recuperación suele es aceptable en 2 semanas, aunque la inflamación continúa disminuyendo hasta los 3 meses y el resultado final se aprecia alrededor de los 6 meses.
• Hay mucha variabilidad entre persona y persona, dependiendo de factores genéticos y ambientales.

 Riesgos y complicaciones

Aunque es frecuente como procedimiento, la técnica de la blefaroplastia requiere de un conocimiento profundo de las estructuras y funciones del ojo y sus anexos y de un largo entrenamiento para su ejecución. Por ello, debe ser realizada por un médico especialista en oftalmología con basta experiencia en cirugía de párpados.

A pesar de estar en las mejores manos, algunas posibles complicaciones pueden verse:

• Hematoma (moretones) y edema (hinchazón) más prolongados de lo habitual.
• Visión borrosa o irritación ocular durante las primeras semanas.
• Sangrado intraoperatorio, lo que requiere un manejo adecuado por el oftalmólogo y el anestesista para evitar complicaciones mayores.
• Retracción del párpado inferior, si se extrae demasiada piel, lo que puede dificultar el cierre del ojo y causar problemas como el lagoftalmos (cierre incompleto) o ectropión (eversión del párpado).
• Ptosis palpebral, si es que se llegara a lesionar el músculo elevador del párpado superior.

La blefaroplastia es una cirugía efectiva para rejuvenecer la mirada y mejorar la funcionalidad de los párpados. Sin embargo, es clave una evaluación minuciosa y una ejecución precisa por un profesional calificado, especialista en ojos, para obtener resultados óptimos y naturales.