La cirugía de vías lagrimales, también conocida como dacriocistorrinostomía, está indicada en casos de obstrucción de las vías lagrimales. Las vías lagrimales son los conductos encargados de drenar las lágrimas desde la superficie del ojo hacia la cavidad nasal. Cuando estas vías están bloqueadas o estrechadas, puede producirse una acumulación de lágrimas en el ojo, lo que resulta en síntomas como lagrimeo excesivo, inflamación, infecciones recurrentes y malestar ocular.

La cirugía de vías lagrimales se considera cuando los tratamientos conservadores, como la irrigación nasal y el uso de antibióticos, no han proporcionado alivio adecuado. Algunas situaciones en las que puede estar indicada la cirugía incluyen:

  1. Obstrucción crónica de las vías lagrimales: Si las vías lagrimales están constantemente bloqueadas o estrechadas, causando síntomas persistentes, la cirugía puede ser necesaria para restablecer el flujo normal de las lágrimas.
  2. Infecciones recurrentes: Si se presentan infecciones recurrentes del saco lagrimal (dacriocistitis), a pesar del tratamiento médico, la cirugía puede ser recomendada para corregir la obstrucción y prevenir futuras infecciones.
  3. Absceso o celulitis orbitaria: En casos más graves de infecciones o inflamaciones en la órbita ocular, puede ser necesaria una cirugía urgente para drenar el absceso y aliviar la presión.
  4. Trauma o lesiones en las vías lagrimales: Si las vías lagrimales se dañan debido a un trauma o una lesión, la cirugía puede ser requerida para reparar las estructuras dañadas y restaurar la función adecuada.

Es importante tener en cuenta que la decisión de realizar una cirugía de vías lagrimales se basará en la evaluación de un oftalmólogo especializado en oculoplastia o un especialista en vías lagrimales. Cada caso es único, y el médico considerará la gravedad de los síntomas, el grado de obstrucción y otros factores para determinar si la cirugía es la opción más adecuada.

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